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La entidad que preside Maite Ruiz deleitó a los asistentes con un festival que no dejó indiferente a nadie. Sobre el escenario, 30 personas fueran las encargadas de llevar a cabo las actuaciones con que Repicó repasó su trayectoria. En la primera parte, representaron el trabajo, en las fábricas de cerámica, que tiempo atrás se realizaba en Manises. Valiendose del baile como herramienta de expresión artística, Repicó mostró la labor de las pintoras de cerámica y el trabajo diario en los obradores.

La segunda parte del festival empezó con lo entrega al alcalde de la ciudad de las partituras y documentos que componen el trabajo de investigación realizado por Eduard Navarro, profesor de la nueva rondalla del grupo. Un estudio que Repicó ha querido a que sea patrimonio municipal y que es el resultado de una laboriosa investigación con la que recuperar los tres bailes que en Manises se bailaban con motivo del Ball de les Coveteres. La historia de esta tradición, cómo y cuándo los bailaban los habitantes de las cuevas en la Casa Consistorial, y la evolución de los mismos a lo largo del tiempo, se recogen en estos documentos. El primero munícipe agradeció este gesto con el que se enriquece el patrimonio cultural de todos los maniseros y felicitó a Repicó por su trabajo para mantener las tradiciones, la historia y la cultura de Manises.

Como muestra de este trabajo, Repicó bailó la jota, el fandango y la seguirilla de Covetera.

Hay que recordar que para conocer el trabajo realizado a lo largo de este cuarto de siglo por todos los componentes de Repicó, la sala Ceramista Gimeno de la Casa de Cultura y Juventud acoge hasta el 26 de abril una exposición en la que se pueden contemplar los gigantes y cabezudos que participan de sus actos, la moma y los 7 pecados capitales, la mangrana con la que hacen la dansà, y los arquets con los que bailan los más pequeños, la indumentaria que llevan y un buen número de fotografías.